¡Namasté!

Yoga

  El tercer semestre de mi experiencia CAS debía ser complementado con un proyecto retador que a su vez creara un balance entre mi currículo de "Creatividad, Actividad, Servicio". Así fue como elegí hacer del "yoga" mi actividad semanal, en donde no sólo estaba retándome si no que estaba haciendo una conexión cuerpo-mente conmigo mismo. 

  Somos seres integrales, y fue por medio del yoga que comprendí mejor de que se trata. Más allá de ser un deporte, yoga es el ejercicio de la mente y el espíritu por medio de la concentración y la meditación. Sin tener experiencia previa en esto, de verdad me fue difícil poder alcanzar algunas posturas, pero también es dicho que la práctica hace al maestro y aunque no me convertí en maestro, pude romper la barrera de mis propias limitantes y lograr lo que me parecía imposible.

  CAS se trata también de conocer nuestras debilidades, y pude reafirmar mi sospecha de que la flexibilidad no es mi mayor fortaleza. Sin embargo con los ejercicios de respiración, la concentración y el convencimiento me pude demostrar que sí es posible alcanzar lo que nos propones. De ese modo, al cabo de unas semanas empecé a hacer las posturas con más calma, más fluidez y más flexibilidad (¡al fin!). 

   Cada martes después de clases durante el semestre sabía que había que tenía el reto de hacer las cosas cada vez mejor, pero tenía en definitiva después de cada "clase", me sentía más liviano, más relajado, y más tranquilo. 

  Rescato también el esfuerzo de nuestra "instructora" quién es una compañera del programa del diploma, que valientemente decidió enseñarnos yoga como parte su CAS y nosotros aprender de ella. Esto hizo que el ambiente fuera muy abierto, ya que la confianza también jugó en nuestro favor y puedo decir que hasta pudimos llegar más lejos.

  Yoga fue un reto que acepté para vencerme mis propios límites y que sin duda me abrió la mente, y no solo eso, si no que me conecté con ella. 

¡Namasté!